Reducir la huella de carbono de los edificios empieza por su diseño y por sus materiales.
Dado que un tercio de las emisiones totales de CO₂ se producen durante la fase de uso, la forma más eficaz de reducir las emisiones operativas es ofrecer soluciones de fachada de alto rendimiento que optimicen el uso de la energía a lo largo del tiempo.
Por eso diseñamos fachadas que ofrecen un aislamiento térmico excepcional, eficiencia energética, confort acústico y un mantenimiento mínimo.
Pero esto no es todo: nuestros nuevos sistemas están fabricados con al menos un 75% de material reciclado y un 95% de contenido reciclable, y están diseñados para ser circulares: fáciles de desmontar, de reutilizar y de reciclar al final de su vida útil.
Para ir aún más lejos, nos aseguramos de que nuestros sistemas se produzcan dentro de una cadena de suministro responsable y certificada por organizaciones externas, lo que proporciona la máxima transparencia y responsabilidad.
Al combinar el rendimiento durante el uso con materiales circulares de bajo impacto, nuestras fachadas logran una huella de carbono hasta un 70% menor que la de productos comparables.